Cuando los niños empiezan a hablar y a entender lo que los demás les dicen, es el momento de establecerles unas normas para que sean disciplinados desde temprana edad. La idea es encontrar el equilibrio entre ser estricto y liberal.

¿Por dónde empezar?

Se trata de inculcarles el orden y la educación a su corta edad. Para llevar a los niños por un buen camino y también para su bien personal, es importante poner normas a los niños como lavarse las manos antes de comer, cepillarse tres veces al día, hacer la tarea antes de jugar o no ver televisión hasta muy tarde.

Es posible que al niño le cueste adaptarse, pero si se le recuerda con paciencia que debe cumplir estas normas con el tiempo las hará parte de su rutina.

De los límites que los padres les pongan a los niños dependerá su comportamiento en otros lugares donde estén. Lo que aprendan en casa lo repetirán en otras casas a donde vayan.

Se le puede dar una recompensa al niño por acatar bien las normas, pero no hay que usar estas recompensas como un soborno. Tampoco es aconsejable regañar mediante amenazas al niño. Una amenaza como castigarlo sin dejarlo salir a jugar puede hacer que el niño se vuelva rebelde y rete a los padres.

Poner normas a los niños sin morir en el intento

Cuando una persona se encuentra en sus primeras etapas de vida funciona como un espejo, reflejando en su actitud lo que ven diariamente, por lo que si quieres un comportamiento en tu hijo debes predicar con el ejemplo, si no se convierten en mensajes contradictorios que le serán difíciles de asimilar

Los niños deben tener normas y límites establecidos que les indiquen el camino correcto a la hora de ser un ser social, algo que los humanos somos por naturaleza. Consentir demasiado sus faltas solo porque todavía son muy pequeños, puede ser perjudicial para sus etapas posteriores.

Hay que hacerles ver las consecuencias de un comportamiento incorrecto a través del diálogo y de ejemplos para que vean por qué ese comportamiento no está bien.

 Si el niño se vuelve muy rebelde quizá se deba a que los padres le están imponiendo las normas a la fuerza, y el niño puede ver a los padres como unos tiranos y querrá hacer lo contrario de lo que estos le dicen, los padres también deben entender la forma de ser de su hijo y las cosas que lo hacen feliz y lo que no, muchas veces los niños creen estar incomprendidos por sus padres, porque estos no escuchan las inquietudes que tienen.

Lo más importante es mantener la calma y ser muy pacientes a la hora de poner normas a los niños. Como ya se mencionó anteriormente, es muy importante hacerles saber la importancia de cumplir las normas y las consecuencias de su incumplimiento.

Pero sobre todo a los niños no solo hay que educarlos sino que hay que entender cómo piensan a su temprana edad y que cosas lo motivan en la vida, para que responda adecuadamente a la manera de la que queremos educarlo, sea feliz y se desarrolle como una persona capaz de desenvolverse socialmente e independiente.